Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2010

Otoño

Imagen
Ayer llegabamos de noche a Villa Encanto y no ha sido hasta esta mañana cuando al abrir la ventana nos hemos encontrado con nuestro Moncayo estrenando traje. Hoy no hemos podido desplazarnos a esos bellos bosques de cuento, pero desde la casa los hemos contemplado largamente, embelesados y hechizados mientras desayunabamos. La cosa es que cuando he despertado de este nuevo encantamiento, el café ya estaba frío.

La Vaquera de Morana y la Fuente'l Prau

Imagen
Buscábamos en los últimos meses el lugar donde el Marques de Santillana tiró los tejos a una bella añonera, allá por 1429. Sabíamos que estaba muy cerca de Villa Encanto pero se resistía el valle a mostrárnoslo. Al fin, lo encontramos y ... ¡vaya rincón precioso!. Es uno de los lugares secretos que oculta el valle de Morana. Como no hay cartel ni nada parecido, os voy a contar como llegar: si venimos de Añón por el puente medieval llegaremos a la zona del escorial donde encontramos un montón de negros restos de la antigua herrería (escoria), seguiremos dirección a la herrería (hay una señal) y unos metros más allá pasaremos a la derecha un bosquecillo de pinos; al terminar éste, aguzar el oído y seguir el ruido del agua. Escondida por la vegetación nos encontraremos la Fuente'l Prau, dicen que es agua potable, y junto a ella un monumento conmemorativo donde podremos leer la serranilla de "La Vaquera de Morana": En toda la su montana De Trasmoz a Veratón, Non

Vientos mágicos.

Imagen
Comentando en facebook el vídeo que os muestro al final de esta entrada, compartía unas risas con un par de "encantadores" amigos y estupendos blogueros. Contaba, en broma, que en las cimas del Moncayo sopla tan fuerte el viento que de vez en cuando nos aparece un montañero en el jardín de Villa Encanto , a lo que Ramiro añadía que su perro voló realmente en La Lobera. Así que le recomendé que lo encordara la próxima vez que subiera y me partía imaginándome al animalico volando como una cometa entre la águilas de Purujosa, eso sería ya la rematadera para la madre de Ramiro que le avisaba cuando salía de que no se lo llevara tan alto. María Luz , nuestra alada amiga, contribuía a la conversación con el vuelo de su pequeño con dos añitos y la desaparición en el aire de una bolsa con tres barras de pan con la consiguiente sorpresa del panadero al volver a comprarlas. Me reía con ganas, pero acordándome del pequeño susto que el aire me dio unas noches antes en Villa Encanto