Huyo de los cantos de sirena que me atrapan en mundos virtuales, sólo son espejismos que desaparecen con un clic. Hechizos con palabras vacías en un cerebro hueco de amor. Exijo una mirada que les dé contenido y una caricia que les dé emoción, todo lo que quiero cabe en un corazón. Suena la música, de nuevo puedo oírla; recupero el tiempo y las horas vuelven a tener minutos. Siento como la brisa entra por los poros de mi piel hechizando mis pensamientos. Seres mágicos, burlones y tímidos me observan y ríen. Ellos no conocen la luz fría de una pantalla donde miles de almas se refugian. Recuerdo la mía allí atrapada... Me asomo al abismo, cuanta soledad veo, siento y sufro... Les tiendo mi mano y les pido que vengan conmigo. En mi montaña cabemos todos -les digo, pero el pozo es muy hondo y no les llega la luz de mi cielo. Otra luz incandescente les atrae y creen brillar como luciérnagas, pero no es así... ¡Eh! el mundo esta aquí -grito, pero no tienen tiempo, todo va muy rápido ...