Hydria, Mi Primera Visita Nocturna en la Catedral de Tarazona: Entre Luces y Sombras.


Día Internacional de las Catedrales.

El Día Internacional de las Catedrales se celebra hoy, 19 de octubre, para reconocer y valorar la importancia histórica, cultural y espiritual de estos importantes monumentos. Las catedrales, consideradas obras maestras de la arquitectura, representan el arte y la ingeniería de sus épocas, siendo testigos de la historia y el patrimonio de sus comunidades. Un día como hoy invita a reflexionar sobre su papel vital como centros de fe, cultura y comunidad, y a explorar sus historias y significados. ¡Una oportunidad perfecta para redescubrir estos tesoros atemporales!

Hydria, ¿una experiencia religiosa?

Hoy, en este día tan especial, aprovecho para contarte mi primera visita nocturna a la Catedral de Tarazona. Imagina esto: una noche fresca en Tarazona, las estrellas como testigos silenciosos, y ahí estaba yo, a punto de embarcarme en una experiencia que prometía ser tan mística como un concierto de Enya, pero con más campanas y sin los cánticos en gaélico. Había oído hablar de las nuevas visitas nocturnas a la catedral, conocidas como "Hydria," y no podía esperar para ver de qué se trataba.

En el corazón de Aragón, la Catedral de Tarazona se erige como un tesoro arquitectónico y espiritual. Si bien su esplendor diurno es indiscutible, las nuevas visitas nocturnas ofrecen una experiencia transformadora que combina tecnología y misticismo para crear una vivencia quizás más evangelizadora que las estupendas visitas guiadas diurnas que realiza la Fundación Tarazona Monumental a lo largo de la semana, imprescindibles para conocer la historia e importancia artística de esta catedral en Tarazona.

Las visitas nocturnas a la Catedral de Tarazona las organiza directamente el Obispado de Tarazona y son muy diferente a las diurnas con un precio bastante más elevado: 14.11 euros más el suplemento de compra online, total 15 euros (entrada reducida, 2€ menos). Desconozco si se puede comprar la entrada en la taquilla de la Catedral o en la Oficina de Turismo. Algunos de mis acompañantes acudían con invitación, pero yo pagué "religiosamente" mi entrada y la de los familiares con los que asistí. Lo cierto es que, para disfrutar más de la experiencia, los grupos de visitantes deben ser reducidos, lo cual puede influir en el precio. Y por lo que he leído en prensa los beneficios se destinarán íntegramente al mantenimiento y mejora de la Catedral.

Lo peculiar de estas visitas, es que algunas zonas de la Catedral se iluminan con la magia del videomaping, proyectándose sobre los retablos de dos de sus capillas más bonitas y el del Altar Mayor. Este espectáculo visual realza la belleza de cada rincón, haciendo que los elementos de las capillas visitadas y el Altar Mayor cobren vida ante los ojos de los visitantes. En la penumbra de la catedral, las sombras y luces se entrelazan con las proyecciones, creando un ambiente de recogimiento y misterio, con la música de su banda sonora original y las voces en off que guían el recorrido, desentrañando los detalles arquitectónicos, artísticos y religiosos. Me maravilló cómo se realzaba la belleza artística de los retablos, potenciando su función narrativa y evangelizadora. En sus orígenes, estos retablos estaban dirigidos a una población en la que el analfabetismo era común y, a través de las imágenes que en ellos se representaban, podían conocer las historias de santos y mártires, así como temas bíblicos o episodios de la vida de Jesús.

¿Me gustó la visita? No puedo decir que no. Sí, me gustó. Quizás me decepcionó un poco el comienzo, esperaba algo más impactante, no sólo una voz acompañada por juegos de luces y proyección de palabras. Por ejemplo, alguna proyección tridimensional del personaje que hablaba. Pero al llegar a los retablos de las dos capillas que se visitan y al Altar Mayor, ya todo fue más espectacular, más lo que esperaba.

Cada sesión de Hydria tiene una duración de 45 minutos, durante la cual cada momento está cuidadosamente diseñado para maximizar el impacto visual y emocional, dejando a los asistentes con ganas de más. Es importante señalar que, en mi opinión, estas visitas no son recomendables para niños debido a su carácter más místico y recogido. Se realizan los viernes y sábados en dos horarios diferentes que varían en octubre y noviembre (tras el cambio de hora).

Los comentarios generalizados al terminar es que se había hecho corto; hubiéramos estado todos más rato disfrutando de la Catedral en esa atmósfera nocturna tan diferente. Así que, si alguna vez te encuentras en Tarazona y buscas una dosis de lo sagrado y lo espectacular, no te pierdas las visitas nocturnas a la catedral. Te prometo que saldrás de ahí sintiéndote como el protagonista de una experiencia religiosa, pero con un toque de neón.

Más información y venta de entradas en: www.hydriacatedraldetarazona.org


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