Va de botijos: aire, tierra, agua, fuego... (3ª parte)
Pude ver a aquella niña que ordenaba los botijos ¡con tanto amor! El cierzo enredaba sus negros rizos, sus pequeñas manos amasaban la tierra mojada con el agua de la Huecha que el fuego endurecería... pero no a su corazón, aquellas vivencias sólo marcaron su franca mirada y le hicieron más fuerte. Ha sido una de las mejores experiencias que he tenido oportunidad de vivir, de su mano y siguiendo su dulce voz.
Gracias Teresa.
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Cantera del Quez (Alberite de San Juan) |
Este monte tiene mucha historia ya que aquí se encontró una importante necrópolis islámica, creo que la más grande de Aragón y la segunda de España pero la carretera que separa los términos era más importante y valiosa... En el mismo paraje resiste una enorme y antigua nevera donde se conservaba la nieve, que se hunde sin que nadie parezca poner remedio... Ver: "Hay que salvar la nevera de Alberite de San Juan"
El pasado no tiene valor en el presente y los lamentos de nada servirán en el futuro. Los pueblos se apagarán porque lo viejo no tiene valor, sin anclajes en el pasado no sabremos quienes somos ni adonde vamos.
Nuestra amiga Teresa, nos cuenta su niñez, tiene muy claro de donde viene y a donde le gustaría llegar, ama el arte del barro aún habiendo sufrido su dureza. Volvemos a Magallón muy agradecidos por todo lo aprendido pero aún hay más. En las naves donde se encuentra su tienda de cerámica quedan muchos recuerdos del pasado, algunos sólo en el aire, otros en fotografías, otros en la memoria y en el corazón, tristezas y alegrías...
Recuerdos...
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Tras la mezcla del mineral con el agua se dejaba el barro una noche al raso pegándolo en una de las paredes del patio. |
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El barro se maceraba pisándolo con los pies descalzos |
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Manuel Salvador, uno de los últimos alfareros de Magallón. |
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Al horno. |
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Aire, agua, tierra, fuego... |
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Nuestro protagonista: el rallo. |
Cuatro generaciones de alfareros dejaron en este lugar su huella aunque ya no hay tornos ni horno pero sí entramos en el taller donde su padre trabajaba y vemos las tablillas donde colocaban los botijos, una de las balsas donde se hacía el barro y el eco de muchas vivencias. Allí siguen Teresa y su hermana trabajando con la misma ilusión que sus antepasados, vendiendo belleza e ilusión. Ve a conocerlas, sus típicos botijos, cerámicas de todo tipo y bellos objetos de decoración y regalo a unos precios sorprendentes merecen una visita.
Fotografías pertenecientes a Teresa Salvador.
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Fin. |
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