En el día de la Comarca del Aranda.

Yeserías de la iglesia parroquial de San Salvador (Purujosa)
¡Por fin dentro!

Ando estos días muy despistada, pensando y meditando en todo lo que estoy aprendiendo y entendiendo en mis paseos por el Moncayo. No puedo contarte ni la mitad de lo que veo, escucho y siento, por falta de tiempo principalmente pero también porque me cuesta comprender algunas cosas y creo que es mejor esperar y dar tiempo al tiempo para definirlas sin meter la pata, no me gusta la crítica destructiva si se puede ser constructiva con un simple encantamiento. Presumo de ser una persona empática, esto me hace disfrutar el doble pero también me hace pasarlo mal por situaciones que directamente no me afectan.

Pero bueno, aunque no escriba sigo recorriendo el Moncayo y este fin de semana he tenido la oportunidad de asistir a la humilde y encantadora celebración del día de la Comarca del Aranda, en uno de los pueblecitos más bonitos de esta otra cara del Moncayo, Purujosa. Allí pude pasar un rato con amigos que aprecio un montón y visitar su curiosa iglesia, que este día por fin encontraba abierta.

Patio interior de la iglesia parroquial de Purujosa.

Justo llegábamos cuando terminaba la parte institucional y Dori, guía de la comarca, nos avisaba que tras ella nuestro amigo Ramiro hacía una visita guiada por el pueblo, el mejor y más guapo guía que se puede tener en Purujosa (tiene novia).



Ala pues, a correr cuesta arriba para no llegar tarde y sobre todo para colarnos dentro de la iglesia y visitar su pintoresco cementerio, colgado en las peñas y mirando al valle. Cuentan que parte de las dotes de los novios eran los sacos de tierra necesaria para poder ser enterrado sobre la roca de este curioso lugar.


Vistas desde el cementerio de Purujosa.


En esta celebración se entregaron los Reconocimientos Comarcales 2013, así que hicimos la fotico a los premiados, aprovechando la pose.



De izquierda a derecha y de arriba a abajo, si no me equivoco, son:

- Los gestores del albergue de calcena por su gran labor (doy fe) de dinamización del territorio e implicacion en el pueblo de Calcena.
- Javier Vicente Sanz, por su dedicación e implicación con el patrimonio religioso de la comarca.
- Familiares de Saturnino Lumbreras, en homenaje a la persona de mayor edad de Purujosa.
- Emilio Val Martínez, por su esfuerzo y dedicación en la implantación del programa “That´s English”, en el I.E.S. Sierra de la Virgen de Illueca.
- Victor Barcelona Navarro y Miguel Ángel Bosque, por los múltiples logros en la disciplina deportiva de light contact.

Aunque algún amigo critica el gasto que suponen las comidas multitudinarias en las celebraciones festivas de estas tierras, a mi personalmente me gusta que se mantenga la tradición de comer juntos en hermandad al aire libre o en las calles y plazas de los pueblos, todos iguales sin privilegios. Y aunque llevábamos nuestros bocatas en las mochilas no pudimos evitar unirnos a la fiesta y comer la deliciosa paella cocinada para la ocasión, un 10 para el cocinero. Más de 400 raciones se sirvieron en los merenderos que hay junto al río, un lugar precioso y muy fresco porque el sol "cascaba" de lo lindo.



Tras la comida continuábamos nuestro camino rumbo al Moncayo soriano, en busca de la agradable sombra de los rebollos de la Dehesa de La Cueva de Ágreda, no sin antes parar en Beratón para saludar a Vicente y visitar también la iglesia, donde ese día se celebraba la recreación del asalto de unos bandoleros al pueblo y su salvación por parte de los pueblos vecinos, teníamos pensado acudir a la recreación de lo sucedido y diferentes actos realizados para la ocasión pero se nos pegaron las sabanas y tuvimos que elegir. Otro día te cuento la historia del Chupina y sus secuaces, te va a gustar. Intentaremos volver el año que viene con tiempo y calma para no perdernos el Chupina Rock. Este año me voy con premio de allí, me cayó del cielo un libro que buscaba hace tiempo, ¡gracias Vicente!

No me enrollo más, tras la siesta bajo un roble continuábamos dando la vuelta al Moncayo parando antes en Vozmediano, para ojear un poquillo como era la feria Medieval que allí se celebraba por primer año, no vimos mucho ambiente pero era pronto y hacía calor. Terminabamos nuestra vuelta al Moncayo en Borja, exactamente en el Santuario de la Misericordia, donde también se celebran sus fiestas con un ambientazo, como siempre, gracias a la estupenda labor de los miembros de la Asociación de Vecinos pero eso te lo cuento luego...

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