Caminando con Poetas
Un trayecto que a paso ligero se recorre en media hora, se alargó casi a las dos horas, con múltiples paradas que explicaban el paisaje y se aprovechaban para llenar el ya rico aire del Moncayo con poesía y recuerdos del paso de los Bécquer. Continuó el grupo hacia Litago, regresando nosotros a Villa Encanto, pues no habíamos contado con que la poesía paraliza el tiempo pero no los relojes. Alcanzar Litago con ellos nos hubiera hecho llegar tarde a una comida con otros amigos a los que teniamos muchas ganas de volver a ver. Ya a paso ligero, caminábamos hablando de organizarnos mejor en julio, en la segunda edición de la ruta, e incluso en traer a nuestros hijos, ya que a ese ritmo no se hacía pesado y podían corretear con otros niños. Había una pequeñilla que llevaba a su madre detrás con la lengua fuera, y eso que cuando la vi pensé que pronto pediría brazos.
Con el Moncayo de telón de fondo. |
Como los Bécquer, recorremos el Moncayo capturando imágenes, conociendo secretos rincones y apostando por la belleza de las tradiciones y las leyendas que tuvieron su razón de ser y no pueden desaparecer. Me apena reconocer que no presté atención a aquellos dichos e historias que mi abuela contaba y que todos ignorábamos, ya no puedo recuperarlas… pero quizás pueda ayudar a que otras no se pierdan. Ha sido sumergiéndome en las Tierras del Moncayo cuando mi mente ha despertado y cuando he visto claramente que todo tiene su porqué.
Luigi Maraez, poeta sevillano que pasa largas temporadas en Trasmoz |
Ahí estaremos todos: acompañándote en esta ruta interminable y tan gratificante que siempre ofrece el Moncayo.
ResponderEliminarMuchas felicidades por el blog! se está haciendo mayor!!
¡Qué lástima!, esta vez no voy a poder acompañaros.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Carlos