Ciudades del Moncayo: Tarazona y Borja.

Tarazona desde el Mirador de San Prudencio.

Necesitaría 10 blogs como este para contarte todo lo que hemos andado y visto este fin de semana. Aunque mi intención era refugiarme del calor bajo uno de los mágicos bosques del Moncayo, olvidé el calzado necesario para hacerlo y decidimos visitar dos ilustres ciudades del Moncayo: Tarazona y Borja. Así que con unas fresquitas sandalias, el bote de protección solar y una cantimplora llena de agua nos lanzamos, sin pensarlo mucho, bajo la ola de calor que asola el Moncayo, sin flotador ni nada, “p’abernos matao”.

Bajamos por El Buste hasta Tarazona, madrugando un poquito, y visitamos a nuestra amiga Azucena en la oficina de turismo, que nos indicó la forma de visitar la catedral y nos facilitó información escrita en varios idiomas para nuestros “okupas” de Villa Encanto. Ya “informadicos” recorrimos la judería haciendo tiempo para la visita guiada a la catedral en la que casi no entramos porque el grupo era muy grande y eramos los últimos de la fila. Fueron misericordiosas y nos dejaron entrar, es que me pierden las fotos y casi se nos pasa la hora, eso y la pedazo de rozadura que me hicieron las “fresquitas sandalias” al frenar bajando las empinadas calles del casco turiasonense (con las botas de montaña no me hubiera pasado).


Calle de la Judería.

La catedral preciosa, la visita guiada fantástica y las guías encantadoras y muy preparadas, dispuestas a resolver cualquier duda. Falta mucho por restaurar pero lo que hay terminado es una maravilla, volveremos según vayan abriendo zonas.


Catedral de Santa María de la Huerta.

Del fresquito de la catedral al sol abrasador del mediodía, corriendo a refugiarnos bajo la sombrilla de una terraza junto al Queiles, cervecita fresca y de nuevo al ruedo, al de la Plaza de Toros Vieja. Seguimos visitando la ciudad, pero ya arrastrando a mi pareja que refunfuñando me acompaña a un rincón de leyenda del que os hablaré en próximas entradas, no podía irme sin la foto made in “Encanto del Moncayo”.


Plaza de Toros Vieja.

¡Cómo me ha gustado visitar Tarazona de nuevo y como he disfrutado viendo a los turistas recorrerla, plano en mano, buscando todos sus rincones secretos!

Tras una siesta de ¡¡3 horas!! Nos vamos a visitar Borja, queremos ver atardecer desde el castillo y lo conseguimos, chino chana y tirando de tiritas subimos por el barrio judío y contemplamos como se esconde el implacable sol tras nuestra montaña, con la ciudad a nuestros pies y junto a las silenciosas y abandonadas ruinas del castillo y del cinto árabe. Volveremos al día siguiente, queremos visitar la feria de artesanía y hemos quedado con las de turismo para que nos enseñen el Museo de Arqueología, ¡¡al fin!!


Atardecer borjano.


La feria de artesanía estaba a tope de puestos y de gente, hemos ido pronto para poder recorrerla sin pasar mucho calor. Con tanto oferta no hemos podido evitar comprar: jaboncitos divertidos que encantan a los niños que visitan Villa Encanto, unos patés deliciosos y dulces para el goloso (ya tiene para todo el mes).


Nunca habíamos visto tantos puestos en la Feria de Artesanía.


Plaza del Mercado desde el Torreón de los Borja.

Hemos aprovechado para visitar la exposición fotográfica de Roberto García en la Casa de Cultura y la del pintor José Marí en  el Torreón de los Borja y callejeado de nuevo por el Cinto. Existen en Borja palacios y zonas del barrio judío y del árabe que se están perdiendo por no sé que motivo justificable, vivir allí tendría que ser un privilegio pero la ruina, dejadez e incluso suciedad asustarían a cualquiera que tuviera intención de hacerlo. Como he comentado en nuestro muro de Facebook, es una pena que seamos tan ricos en patrimonio y a la vez tan pobres de mente, que no en dinero porque atraería mucho turismo y comercio, sería invertir en futuro gracias al pasado de la ciudad. Si me sigues, sabrás que odio la crítica destructiva y procuro siempre mostrar el encanto y no el desencanto. Pero es que se te cae el alma a los pies cuando ves según que cosas, aunque sé que hay muchos luchando por recuperar esta zona, entre ellos el Centro de Estudios Borjanos que está realizando un trabajo estupendo en la difusión y recuperación del patrimonio de la comarca, tienen un blog muy bueno que te invito a conocer: http://www.cesbor.blogspot.com/ De todas formas, si no conoces Borja vale la pena visitarla. Lo único, que si todo estuviera como debiera sería imperdonable no conocerla.


Torres de la Colegiata de Santa María


Detalle de uno de los aleros y galería mudejar típica de los muchos
 palacios renacentistas que puedes encontrar en Borja.

Por el Cinto, hacia la C/Bona.


Como tradicionalmente solemos hacer, tras recorrer la feria nos acercamos al Parque de San Francisco a tomar el vermut, allí hemos quedado con unos amigos de Alberite para visitar después el Museo Arqueológico en la antigua Iglesia de San Miguel. No me enrollo más, te cuento la visita a este museo y te amplio la información sobre las ciudades de Borja y Tarazona en próximas entradas. A ver si puedo coger unos días de vacaciones y desempaqueto un montón de fotos e información que tengo en la carpeta de pendientes, intentaré esconderme en Villa Encanto para no distraerme... si mis “okupas” me dejan libre algún día...


Museo Arqueológico de Borja

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