¡Hey! ¿Qué te pensabas? ¿qué no volvería? ¡Ni hablar! Aquí me tienes de nuevo. La verdad es que me ha costado porque necesitaba un pequeño descanso. Soñar es agotador, sobre todo cuando tienes un mal despertar. Por aquí, por el Moncayo, está pasando alguna que otra cosa que no me está gustando. Hoy me encontré las cuevas de Añón valladas, varios centros de interpretación de la zona cerrados, el "Añonero" aparcado indefinidamente... y no sigo porque me deprimo.
A ver, aclaro y tengo motivos para hacerlo que, en los centros de interpretación no se enseña teatro, sino que son lugares donde se exponen características e información de los sitios a los que se dedican, ¿de acuerdo Noelia y compañía? (saludicos). Bueno, pues el del Parque Natural en Agramonte lleva de reformas todo el 2011 y a este paso no sé si acabarán en el 2012. Por cambio de exposición dicen, se ve que el loctite no era suficiente y las instructivas maquetas van a ser sustituidas por pantallitas táctiles, sí, sí, esas moderneces que nunca funcionan. El otro centro del Parque en Añon también está cerrado y sin ningún aviso de motivos y fecha de próxima apertura. El del poblado de Oruña cerradísimo como la caseta de información turística que jamás vi abierta. Surgen asociaciones culturales de las que nadie sabe nada... a las que de verdad hacen algo apenas se las apoya o publicitan sus magníficas actividades.
El Añonero era el único autobús que recorría nuestro valle uniendo Añón, Alcalá y Vera de Moncayo con Tarazona, pues bueno, su propietario se ha jubilado y no hay empresa que lo quiera sustituir de momento... los que no sabemos conducir y no ganamos para taxis estamos incomunicados, ¡vamos a tener que volver a recuperar las caballerías! ¡Ay!¡espera!, creo recordar que el burro está en peligro de extinción, no hay para todos. No hay money para subvenciones, sólo hay 3 millones y pico de euros a repartir en la comarca, pero estamos salvados porque nos han dado más de 2 millones para promoción turística de.... de... ¡Ah, sí! ¡Qué hay un monasterio y una catedral! Por cierto, en el museo del vino del monasterio ya no funcionan las pantallitas, yo creo que es porque dicen que estamos en crisis y así ahorran electricidad, aunque cuando pregunto siempre contestan que es porque están en mantenimiento. Allí tampoco usan loctite, yo lo recomiendo, es muy resistente y evitaría que se llevaran parte de la exposición y sus elementos desaparecieran para siempre.
¡Y a mi qué narices me importa! ¡si yo sólo pasaba por aquí! Daremos una patada al desencanto y seguiremos para adelante. En fin, que hoy estuve con una buena amiga construyendo castillos en el aire, jugando a ser diosas y solucionando el mundo mientras contemplábamos las Peñas de Herrera. Allí arriba hubo castillos pero de los de verdad, se llamaban Ferrallón y Ferralla, ya no existen porque alguien pensó que ya no eran útiles. Ferralla en la peña más alta aguantó un poco más que su compañero de batallas, pero finalmente fue ocupado por maleantes a los que consiguieron desalojar allá por el siglo XV, demasiado tarde porque ya no logró dominar su peña y desapareció. Sólo queda el aire que rellenó sus muros.
Bueno, llega el crudo invierno y nos refugiaremos junto al fuego de la chimenea recordando viejos tiempos y compartiéndolos contigo. Ya sé que esta no es manera de inaugurar el blog este año, no es mi estilo porque a mi me gusta mostrar lo bello y mi Moncayo lo es tanto... tanto... que es una pena no compartirlo con personas que sepan qué apreciar. Intentaré seguir creando ilusión y pensando que todo tiene solución cuando se da con las personas adecuadas y no con las más afinadas.