Cartas desde mi villa: "Cuento de Navidad"
Terminaba el día de Nochebuena y comenzaba a soplar un gélido viento que golpeaba las ventanas. La joven se acercó a ellas y pegó su respingona nariz en el frío cristal, descubriendo al otro lado uno de aquellos salvajes atardeceres que tanto amaba su madre. Llevaba puestas sus viejas zapatillas; aunque le quedaban enormes, le gustaba la divertida cara de enfado que ella ponía cuando se las veía en sus pequeños pies. —¡Hey, son mías! —le decía, pero nunca se las quitaba. Cada vez soplaba más fuerte el viento y comenzó a sentir miedo, el Moncayo a veces no controlaba su fuerza y causaba destrozos en los edificios que lo retaban. Sus padres aún no habían llegado, andaban recibiendo a los visitantes que acogían esos días en los alojamientos que regentaban. Villa Encanto era uno de éstos, pero aquella Navidad era sólo para ellos. Sonó un pitido en el cuadro de la luz y ésta se apagó. Fuera era ya un huracán que provocaba los típico apagones en los días menos convenientes, aquel e...