PR- Z 164: Tabuenca- Peña de las Armas - Tabuenca
Y llega la crónica de nuestra segunda quedada "Sierra del Moncayo" donde superamos nuestras expectativas. Teníamos un poquico de miedo de que el grupo fuera demasiado grande, ya que exactamente no era una excursión, aunque entiendo también que para gente preparada fuera un paseo. Finalmente, nos juntamos una treintena de "amigos" y lo pasamos estupendamente.
Las vistas de este sendero son impresionantes, hay rincones de gran encanto y como está señalizado no tiene perdida. Recorrimos el PR-Z 164, sendero que hay que mantener (ya falta alguna señal) y patear para que no se pierda.
Toma nota, partiendo de la Puerta del Lugar o Arco de la Villa continuamos a la izquierda sin atravesar el arco (puerta de acceso a la antigua muralla que protegía Tabuenca). Salimos del pueblo y pronto llegamos a la ermita de San Miguel de Todos lo Santos, donde durante la Cuaresma se celebra el Domingo de los Pasteles. Ese día los del pueblo se reúnen allí para comer el típico pastel de los santos, relleno de huevo duro, chorizo, longaniza y lomo en adobo; potente reconstituyente. La ermita es un edificio del siglo XII bastante grande.
Continuamos caminando hasta el primer cruce, ya señalizado, tomando el desvío de la izquierda. En este primer tramo nos llama la atención que a un lado del camino se levantan las grandes muelas de esta sierra, y al otro, unos curiosos monte cónicos; entre los que destaca el Bollón, conocido por su extenso bosque de enebros.
Montes cónicos de Tabuenca. |
Muelas de la Nava Alta. |
Para llegar a la cima de la Peña de las Armas tenemos que desviarnos por un sendero al que luego retornaremos para completar la circular. Allí arriba tenemos unas privilegiadas vistas del Moncayo y con los prismáticos alcanzamos a ver hasta el castillo de Mesones de Isuela, en la vecina comarca del Aranda. Pero es la cara norte la que lamentablemente llama nuestra atención, desde aquí se aprecia claramente la extensión del incendio de este verano. A partir de las Peñas de Herrera ya no hay verde, tras ellas se elevan las grandes cimas de esta sierra y justo bajo el pico más alto, San Miguel o Moncayo, avistamos Talamantes protegido por la ermita de este mismo santo.
Vista de los "gigantes" del Moncayo desde las Peña de las Armas. |
Tras un pequeño almuerzo, volvemos al sendero para bajar por el barranco del Infierno hasta llegar a la cañada de la Cueva. El sendero no es complicado aunque hay un par de puntos en los que hay que bajar con cuidado, sobre todo llegando ya a la Cueva. Esta cavidad es un gran abrigo bajo la roca con unas dimensiones de 10m x 6m x 12m, recubierto de hiedra. Tras las fotos de rigor seguimos por la cañada bajo su encinar hasta el siguiente desvío señalizado.
La Cueva. |
Camino de la Fuente del Cerezo encontramos varias losas de piedra arenisca repletas de fósiles de cuando el valle del Ebro fue mar, son fondos marinos fosilizados entre los que descubrimos conchas caracoles e invertebrados, ¡impresionante!
Losa de antiguo fondo marino con fósiles. |
En la fuente rellenamos nuestras secas cantimploras con su rica agua y admiramos las vistas que desde allí se contemplan.
Fuente del Cerezo. |
El rojo sendero nos lleva ya de vuelta hasta Tabuenca. Emocionados, no podemos parar de hablar y planear nuevas actividades. Llegando a Tabuenca descubrimos otro monte negro, este se ha quemado hace muy poquito y no ha llegado a la prensa, afortunadamente no dejaron que se extendiera y lo apagaron pronto.
Un nuevo monte quemado. |
La vista de Tabuenca desde el camino es espectacular, su iglesia parroquial de San Juan Bautista (siglo XVI) es una maravilla, cuentan que se construyó sobre el solar del castillo. En un cerro, a la derecha del pueblo, destaca la blanca ermita del calvario (color más propio del campo andaluz pero...), allí se ubicaron los antepasados celtiberos y romanos de los tabuenquinos, quedando muestras de ello.
Llegando a Tabuenca. |
Llegamos los últimos, no podemos evitar parar a fotografiar todo, me pirran los lavaderos y en Tabuenca tienen dos, uno cubierto mucho más moderno con las pilas elevadas y uno anterior, más pequeño, donde había que destrozarse las rodillas para blanquear la ropa. Está seco como la fuente y el abrevadero que hay al lado; pero, al menos, en este pueblo no lo han "customizado" como en "otros".
Antiguo lavadero. |
Una cervecica fresca con los compañeros de camino pone fin a este encantador sendero. Os agradezco un montón todo lo que me habéis enseñado y la calidez de vuestra conversación. El caminar con personas, que saben mirar de verdad, ayuda a descubrir nuevos encantos que nos hubieran pasado desapercibidos. Esas sonrisas de complicidad, ese vinico en bota y los conocimientos de los tabuenquinos que nos acompañaron no tienen precio.
¿Por qué Tabuenca? Pues... porque aquí se encuentra la Sierra de la Nava Alta, formada por las primeras estribaciones de la sierra del Moncayo, ¡esto también es Moncayo! Queremos eliminar fronteras administrativas y apostar por un Moncayo unido, es necesario abandonar ese dañino orgullo, para que todos juntos ambicionemos las cimas más altas sin que nadie de fuera tenga que ayudarnos a escalarlas. Nadie va a venir a rescatarte, no queda otro remedio que aprendas a nadar. No apreciamos la gran riqueza natural y cultural que tenemos, o lo que es peor, la destruimos con el abandono y la recubrimos con una capa de cutre y cara modernidad. Todo esto con el beneplácito de algunos caciques sin cultura que pululan por estas tierras. Al encanto llega todo, lo bueno y lo malo, es la batalla del bien y del mal, del encanto y el desencanto, de momento gana el primero pero no debemos bajar la guardia y darles "barra libre".
Continuamos caminando, el 4 de noviembre nos refugiamos en un bosque mágico, todo los detalles próximamente. ¡Gracias de nuevo!
Tabuena tiene unos rincones preciosos; en concreto destacaría dos: El barranco de Huechaseca, con uno de los bosques de enebros más grandes de la provincia y un sendero casi perdido que va junto al arroyo, circundando el monte Bollón. Y luego el pico Buitrera y el barranco de Valdearcos, con sus sabinas, encinas y abrigo rupestre.
ResponderEliminarCuriosamente, a la Peña de las Armas no he subido y mi padre y otros compañeros montañeros siempre me la han recomendado. Me la apunto para la próxima visita Tabuenquina.
Un abrazo Rocio.
Te gustará. A mi me ha sorprendido, no imaginaba que allí arriba hubiera una vista tan completa de las sierras de las tres comarcas.
EliminarPronto caerá una quedada por tu comarca.
Abrazos!!