Reencuentro
Ni el aire fresco que nos avisaba de que el otoño está en ciernes, ni las nubes amenazantes y apostadas en la cima del Moncayo, ni los buitres sobrevolándonos continuamente sobre nuestras cabezas impidió pasar una fantástica mañana recolectando moras.
Todo ese panorama gris y otoñal se eclipsó ante las risas infantiles y los chistes inocentes de nuestros niños. De vez en cuando una exclamación de dolor por algún pinchazo...o por el hallazgo de la mora más gorda y jugosa.
De repente, el Moncayo nos sorprendió con su nuevo cambio de temporada: este año se llevarán los colores ocres y marrones intercalados con algún toque granate ¡Perfecta combinación!
Un paseo bonito y divertido en una mañana que despedía al verano en la que volvimos a reencontrarnos unos amigos bajo la complicidad del Moncayo...¡Mereció la pena!
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