Otoño y recuerdos históricos en el hayedo del Moncayo.


En la Fuente del Sacristán.

Este otoño está siendo un poco extraño en el hayedo. La sequía ha adelantado la caída de las hojas pero en los hayedos que crecen a menor altitud aún quedan hojas verdes en sus copas más altas. Sin embargo, este fin de semana, el hayedo de Peña Roya, aún conservaba sus hojas otoñales y estaba precioso. De hecho había muchos turistas y paseantes disfrutando del color y cuando nos fuimos la zona de aparcamiento estaba completa con los forestales controlando el tráfico. Hay un sendero que lo recorre y que ya te recomendé, el S1-Hayedo de Peña Roya, que se está haciendo bastante popular en blogs y medios de comunicación.


Hayedo de Peña Roya. Parque Natural del Moncayo.


Nosotros únicamente dimos un pequeño paseo por el entorno de la Fuente del Sacristán, donde están posiblemente las hayas más grandes y antiguas de este hayedo, declarado "arboleda singular de Aragón". Me gusta cruzar por los pequeños puentes de madera de sus riachuelos y respirar su encanto. Allí hay una zona de picnic cubierta, ideal para el verano, y uno de los peculiares refugios "vivac" del Parque Natural del Moncayo. Me dio mucha pena ver caída una enorme haya que enmarcaba con sus ramas la fuente, ya sólo podré admirarla en mis fotografías y memoria. En fin, que se le va a hacer, te sigo contando...





Siempre me he preguntado cual sería el origen del nombre de la fuente del Sacristán... Mi querido amigo, Jesús Bona, me decía que los nombres de las fuentes del Moncayo ascendían de cargo eclesiástico según te acercabas a la cumbre de San Miguel, arcángel defensor de la iglesia y muy venerado en las comarcas de alrededor. De ahí los nombres de fuente del Sacristán, fuente de los Frailes y fuente de San Gaudioso (obispo de Tarazona).

Pedro Perez Calvillo. Y si...

La cosa es que buceando en mis archivos tras una de mis últimas visita a Tarazona y sus monumentos, di con la figura de un personaje histórico muy importante, Pedro Perez Calvillo, obispo de Tarazona. Este buen señor compró el castillo y lo convirtió en Palacio Episcopal. Casualmente visitado por mí, el día anterior a mi paseo por el hayedo, para conocer las nuevas estancias abiertas a las visitas guiadas, entre las que se encuentran las que fueron los aposentos del obispo. Tengo que volver porque los calabozos estaban cerrados por labores de mantenimiento y tampoco los conozco... Pero eso será más adelante, ya te contaré.


Antiguos aposentos del obispo del Palacio Episcopal de Tarazona.

Ahora viene la casualidad o "causalidad". En 1351, la diplomacia aragonesa descontenta con que el Papa eligiera sólo extranjeros como obispos de Tarazona, logró el nombramiento de Pedro Perez Calvillo, por entonces sacristán de la catedral, al frente de la diócesis turiasonense para sustituir al francés Gaufrido. Seguramente no tenga ninguna relación con la fuente aunque este buen señor fuera sacristán, si tú sabes el origen real espero que nos lo cuentes pero es una buena excusa para hablarte de Pedro y de su hermano Fernando, que lo sustituyó como obispo tras su repentina muerte y que llegó a ser cardenal de Benedicto XIII, un terco Papa aragonés de por aquí cerca y del que ya te hable: "Leyenda, maldición o profecía: El cráneo del Papa Luna".

El mandato de Pedro Lopez Calvillo no fue nada fácil:

El enfrentamiento entre Castilla y Aragón, cuyos episodios más violentos correspondieron a la Guerra de los dos Pedros (1356-1369), afectó gravemente a toda la circunscripción y condicionó la labor del prelado, que encauzó todos sus esfuerzos a su reorganización y reconstrucción material. Pedro I invadió en varias ocasiones el somontano ibérico aragonés, la zona más castigada, tomando dos veces Tarazona (1357-1360 y 1363-1366), y una Calatayud (1362-1366) y Borja (1363-1366).

Durante la guerra, Pedro el Ceremonioso confió a Pérez Calvillo misiones diplomáticas y tareas militares cruciales. Así, en 1362 le encomendó la custodia de Tarazona, de nuevo amenazada por Pedro I, y en 1366, tras la retirada castellana, la reorganización de la frontera bilbilitana. El obispo permaneció en Calatayud hasta la primavera de 1367, cuando marchó al norte para encargarse de la defensa de Tarazona. La ciudad vivía entonces un trance crítico: despoblada y muy falta de gentes de guerra, el monarca había llegado a consultar a las Cortes del reino la opción de demolerla ante la imposibilidad de hallar quien aceptase su capitanía.

Concluido el choque armado, el prelado continuó como capitán de Tarazona hasta la firma de la paz definitiva en 1375 para garantizar la seguridad de toda la comarca ante eventuales incursiones fronterizas. Junto con otros oficiales reales, como máxima autoridad civil y militar, impulsó la normalización de la vida ciudadana mediante la adopción de medidas para la reconstrucción del recinto amurallado y los edificios públicos, y la reinstalación de los vecinos desplazados; incluso autorizó la reedificación de la sinagoga mayor de la judería turiasonense" [MOTIS DOLADER, M. Á., y AINAGA ANDRÉS, Mª T., 1987, p. 121].


Arca y ajuar funerario de Pedro Pérez Calvillo. Fotografía de Tarazona Monumental. Visitar.


Con mano dura, protegió y reconstruyó Tarazona y el resto de municipios de la diócesis que quedaron arrasados por una de las guerras más violentas habidas en estas tierras rayanas con Castilla. También consiguió que Calatayud y Tudela no se promulgaran como diócesis independientes tras su solicitud al papado, al conseguir rango jurídico de ciudad.

De que cosicas me entero ¿verdad?, y todo por dar un bonito paseo por el hayedo. Tengo muchas ganas de contarte "a mi manera" todas las cosas que he conocido estos meses en los que te he tenido un poco abandonad@. Espérame.


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